jueves, 5 de julio de 2012

La carretera - Cormac McCarthy




Traductor: Luis Morillo Fort
1ª  edición: diciembre 2009
Cormac McCarthy, 2006
Colección DeBolsillo
Random House Mondadori, S.A.
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Esta ha sido la primera y única novela que me he leído de Cormac McCarthy. La primera porque caí fascinado por el aura de la película y la última por el temor de que la siguiente no sea tan absolutamente aterradora y genial. 
Si has visto la película no deberías perderte el libro y viceversa pues la adaptación de John Hillcoat para la pantalla es de las que hace que un libro viva una segunda vida, mientras que la fotografía de Javier Aguirresarobe es fundamental para atraparte en su atmósfera. 

Cormac McCarthy nos pone en situación en los primeros renglones, sin concesiones, sin una lectura separada por capítulos que permita al lector descansar. Es un continuo de situaciones, de pensamientos, de peligros y de pequeños triunfos hasta el desenlace final. McCarthy comienza así:

"Al despertar en el bosque en medio del frío y la oscuridad nocturnos había alargado la mano para tocar al niño que dormía a su lado. Noches más tenebrosas que las tinieblas y cada uno de los días más gris que el anterior."

El mundo tal como lo conocíamos ha cambiado, no sabemos por qué ni cómo pero lo ha hecho de manera irremediable. Los animales y las plantas han desaparecido dejando un mundo poblado por seres humanos condenados a una extinción cierta. El cielo teñido por un gris perpetuo inunda la propia tierra, de los bosques solo restan las cenizas y tan sólo les queda la carretera para continuar. 

El autor recrea de forma magistral la relación entre padre e hijo, de un padre abnegado luchando por proteger a su hijo y su inocencia hasta el final y de un niño que ha nacido en este mundo sin esperanza. 

"¿Qué pasa, papá?
Nada. Estamos a salvo. Duerme.
Todo va a ir bien, ¿verdad, papá?
Sí. Todo irá bien.
Y no nos va a pasar nada malo.
Desde luego que no.
Porque nosotros llevamos el fuego.
Así es. Porque nosotros llevamos el fuego."

Lleno de ternura, de desesperación, de soledad, de fuerza y de valor, de tristeza y de lucha. Complementada, la pareja libro-película tiene un poder terrible, las interpretaciones del magistral Viggo Mortensen y de Kodi Smit-McPhee logran hacer tan creíbles a los personajes que puedes ver la desesperanza y el amor en sus ojos.

"Nosotros nunca nos comeríamos a nadie, ¿verdad?
[...]
No. No lo haríamos.
Pase lo que pase.
Pase lo que pase.
Porque nosotros somos de los buenos.
Sí.
Y llevamos el fuego.
Y llevamos el fuego. Así es.
[...]"

Como escriben en la contraportada de mi edición, "El amor de un padre por su hijo es la única luz de un mundo que ha perdido a sus dioses. Quizá el fuego de la civilización no se haya apagado para siempre."




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